Cómo superar tu ruptura de pareja y olvidar a tu ex

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Ainara Aramburu

Psicóloga

Si estás leyendo esto, es muy probable que estés pasando por una ruptura de pareja y sientas que el dolor es insoportable. Te entiendo. Perder a la persona que amas o amaste, alguien con quien has compartido tanto, ver cómo una etapa de tu vida se cierra, genera un dolor emocional que puede llegar a ser difícil de manejar.

¿Qué es lo que puedes estar experimentando en estos momentos?

No puedes dejar de pensar en tu expareja

Tu mente ha entrado en un bucle y pasas los días recordando los momentos que compartiste con tu expareja. Revives las conversaciones, los gestos, los momentos felices y los difíciles. Los analizas con detalle, buscando una señal que no viste y que explique lo que salió mal.

Te haces preguntas como: ¿Y si hubiera dicho otra cosa?, ¿Y si hubiera actuado de otra manera?, ¿Y si no hubiera cometido ese error?… Es como si intentaras encontrar una explicación a lo ocurrido que te ayude a entender por qué terminó la relación, como si esa respuesta pudiera cambiar lo que ha pasado. Y la verdad es que cada recuerdo que traes a tu mente aumenta el dolor que sientes, porque sabes que esa persona y todos los momentos junto a ella ya no volverán.

Te sientes culpable de que la relación haya terminado

Te sientas culpable porque piensas que podrías haber hecho más. Te machacas pensando que podrías haber hecho las cosas diferente; piensas que tal vez, si hubieras sido más paciente, más cariñosa, más comprensiva… todo habría sido diferente.

Te culpas por las discusiones que tuvisteis, por las palabras que dijiste sin pensar, por no haber visto las señales a tiempo. Piensas en todo lo que pudiste haber hecho diferente para evitar la ruptura.

Sientes una mezcla de emociones

Puede ser que una parte de ti sienta mucha rabia hacia tu expareja. Tal vez pienses que no fue justo/a contigo, que no merecías el daño que te hizo. Puede que tengas resentimiento por las promesas incumplidas o por la falta de apoyo cuando más lo necesitabas. Puede que te vengas abajo al recordar todo lo que te esforzaste y diste por esa relación.

Pero también es probable que tengas momentos de tristeza. Un día te sientes fuerte y decidida a seguir adelante, diciéndote a ti misma que mereces algo mejor, pero otro día te invade la nostalgia, recuerdas los momentos felices que pasasteis juntos y deseas volver atrás. Y así te encuentras en una especie de montaña rusa emocional que te deja agotada.

Todo te recuerda a tu ex

Es como si el mundo entero se pusiera de acuerdo para recordarte a esa persona. Caminas por la calle y, de repente, pasas por aquella cafetería a la que solíais ir, y sientes un nudo en la garganta. O emiten en la tv vuestra película preferida, la que tanto disfrutabais, pero ahora solo te produce tristeza. Ver a otras parejas cenando juntas en un restaurante o en el cine, incluso pequeños detalles como ver su nombre en algún lugar o escuchar una risa que se parece a la suya… Estas cosas te hacen acordarte de todo lo que compartíais y que ya no está.

Te sientes apática, y el sueño y la comida se han visto alterados

Las cosas de las que antes disfrutabas ahora ya no te generan tanto interés. Nada te motiva. Puede que pases el día en piloto automático, sin ganas de hacer nada. Y a la hora de dormir, puede que no consigas conciliar el sueño porque tu mente empieza a bombardearte con recuerdos, dudas y pensamientos que no puedes apagar. O puede que te despiertes en medio de la noche con una sensación de angustia en el pecho. Tal vez también sientas un nudo en el estómago y eso haga que no tengas ganas de comer, o, al contrario, que busques refugio en la comida para tratar de aliviar lo que sientes.

Sientes que tu vida ha perdido su dirección

Cuando estabas con tu pareja tenías una idea clara de tu futuro. Hicisteis planes juntos, imaginaste una vida en la que esa persona formaba parte de cada paso que dabas. Tal vez planeasteis formar una familia o mudaros a ese lugar que soñabais. Pero ahora todos esos planes han desaparecido de repente y te sientes perdida.

Miras hacia el futuro y sientes mucha incertidumbre. Ya tenías una vida creada, y aunque tal vez no fuera perfecta, te generaba seguridad. Y ahora que todo ha terminado, te preguntas qué harás a partir de ahora. La idea de construir una nueva vida sin esa persona te asusta y te sientes como si estuvieras perdida en medio de la nada, sin rumbo.

Te comparas con su nueva vida

Es posible que revises sus redes sociales o que le preguntes a amigos en común, buscando respuestas. ¿Cómo está? ¿Parece feliz sin mí? ¿Ya ha pasado página? ¿Está con otra persona? Y ver que parece feliz o que ya ha rehecho su vida te resulta muy doloroso, porque tú sientes que sigues atrapada sin poder superarlo.

Crees que no podrás volver a amar o ser feliz sin esa persona

Puede que en estos momentos pienses que jamás encontrarás algo igual. Piensas que esa relación era única y que nadie podrá llenarte de la misma manera. Tal vez solo recuerdes lo bueno, idealices lo que fue y olvides los momentos de sufrimiento, las discusiones. Es como si en tu mente convirtieras esta relación en algo perfecto, aunque sabes que no lo fue, y sientes que la has perdido para siempre.

Y con todo esto, es posible que hayas comenzado a tener miedo de no volver a encontrar una relación así, de que nadie te vuelva a querer igual.

Tu autoestima se ha visto afectada

Como consecuencia de la ruptura, puede que hayas comenzado a dudar de si eres suficiente. Tal vez piensas que, si hubieras cambiado ciertos aspectos de ti, de tu forma de ser o de tu físico, aún seguiría contigo.

Empiezas a dudar de lo que eres, de tu valor. Te preguntas si realmente tienes algo que ofrecer a alguien más. Y estos pensamientos se te hacen difíciles de ignorar porque, aunque una parte de ti quizás sepa que no deberías medir tu valía en función de otra persona, otra parte insiste en que, si hubieras sido “más” o “mejor”, todo hubiera sido diferente.

Sientes vacío y soledad

Te sientes sola incluso cuando estás con gente, porque los demás no parecen comprender realmente por lo que estás pasando. Puede que sientas que minimizan tu dolor. Y aunque puedas estar acompañada por tus amigos y familia, no puedes evitar tener un vacío enorme, porque sientes que nadie puede llenar ese espacio que esta persona ha dejado.

Le buscas y tratas de mantener el contacto

Puede ser que revises su última conexión o que busques escusas para escribirle, esperando que de alguna manera las cosas vuelvan a ser como antes. Te aferras a la idea de que, si sigues presente en su vida, tal vez aún exista la esperanza de arreglar la relación. Sin embargo, en el fondo sabes que esto no hace más que prolongar el dolor.

Te preguntas si este dolor algún día desaparecerá

Puede que te asuste pensar que esto será para siempre. Que el vacío, la tristeza, el enfado, la sensación de pérdida y todo el dolor que estás experimentando nunca se irán del todo. Te preguntas si algún día podrás volver a sentirte como antes, si llegará un momento en el que ya no te duela.

¿Qué puedes hacer para superar tu ruptura de pareja?

Me gustaría compartirte algunas recomendaciones que pueden ayudarte en estos momentos a ir sanando poco a poco y superar tu ruptura.

Permítete sentir todo lo que estás sintiendo

Una ruptura de pareja duele mucho. Seguramente estés sintiendo emociones diferentes como tristeza, vacío, enfado, culpa, nostalgia o incluso alivio mezclado con culpa. Para sobrellevar todo esto, es posible que pienses que lo mejor es mantenerte distraída, llenar tu agenda de cosas por hacer o actuar como si nada pasara. Pero la verdad es que todo esto que estás sintiendo no va a desaparecer por ignorarlo o distraerte.

Las emociones son mensajeras que vienen a darnos información sobre el momento que estamos viviendo y sobre lo que necesitamos. Por eso, sea lo que sea que estés sintiendo, quiero decirte que es completamente normal. No hay emociones correctas o incorrectas en este proceso. A muchas personas nos han enseñado a reprimir lo que sentimos, a distraernos o a “ser fuertes”, pero las emociones no desaparecen por ignorarlas, se quedan dentro y, tarde o temprano, piden ser atendidas.

Te propongo un ejercicio que puedes aplicar para ayudarte a acoger todas estas emociones. Busca un lugar tranquilo, siéntate o recuéstate y cierra los ojos. Haz una respiración profunda y lleva tu atención al cuerpo. Pregúntate: ¿Dónde noto esta emoción en mi cuerpo? Tal vez sientas la tristeza como un nudo en la garganta, o la ansiedad como una presión en el pecho. No trates de cambiar nada. Solamente obsérvalo. Pon tu mano sobre esa zona en la que sientes esa emoción y quédate unos minutos respirando hacia ella. Simplemente con el hecho de dar espacio a lo que sientes, sin juzgarlo y sin tratar de cambiarlo, puedes aliviarte mucho, porque ayudas a que esas emociones puedan ir liberándose sin quedar atrapadas en el cuerpo.

Ahora mismo estás atravesando un duelo, y esto necesita tiempo. Habrá días mejores y otros más duros. Es completamente normal. Trata de no castigarte por los altibajos, porque estos son parte del proceso.

Cuida tu diálogo interno

Después de una ruptura es muy fácil caer en bucles de pensamiento: ¿Y si hubiera actuado diferente?, ¿Y si no me hubiera equivocado?, ¿Y si nunca encuentro a otra persona que me quiera?…

Esto en un mecanismo de protección que pone en marcha tu mente para ayudarte a buscar respuestas y tratar de recuperar el control que has perdido. Y aunque es algo normal, estos bucles de pensamientos pueden aumentar el malestar y hacerte sentir atrapada ante una situación que ya no puedes cambiar.

Cada vez que te descubras entrando en uno de estos pensamientos repetitivos, te propongo que imagines un río. Visualiza cada pensamiento que te atrapada como si fuera una hoja que colocas sobre el agua. Observa cómo flota y se aleja, sin luchar contra él, sin intentar quitarlo a la fuerza. Simplemente, déjalo ir. Y si vuelve otro pensamiento, haz lo mismo.

Esto no lo hacemos para eliminar pensamientos, sino para aprender a no quedarte enganchada en ellos.

Pon distancia con tu ex pareja

Es muy común que, tras la ruptura, sientas la necesidad de saber de tu ex pareja y de mantener contacto de alguna maneara: revisar sus redes, buscar alguna excusa para escribirle, releer conversaciones antiguas… incluso puede que quieras quedar para hablar. Piensas que de esta manera encontrarás respuestas o sentirás alivio.

No es que te estés saboteando. Lo que ocurre es que tu sistema de apego, ese mecanismo interno que todos tenemos y que nos empuja a buscar cercanía y seguridad en quienes amamos, se ha activado. Tu cuerpo y tu mente interpretan la ausencia de tu ex pareja como una amenaza, como si algo muy importante para tu supervivencia estuviera en riesgo. Por eso le echas de menos y sientes tantas ganas de recuperar el contacto. Pero, aunque ese impulso sea comprensible, seguir alimentando ese vínculo solo prolonga el dolor y hace mucho más difícil soltar.

Poner distancia, aunque duela, es una forma de cuidar de ti misma. Es un paso necesario para empezar a superar la ruptura y reconstruir tu vida desde otro lugar.

Crea una rutina de autocuidado

El dolor por la ruptura no solo se manifiesta a nivel emocional, sino también a nivel físico. Puede que tengas insomnio, o te despiertes sin hambre, con el pecho apretado o con cansancio. En estos momentos, es fácil dejarse llevar por la inercia y abandonarse un poco. Pero, precisamente ahora, es cuando más necesitas cuidarte.

No tienes que hacer grandes cosas. Simplemente se trata de crear una pequeña rutina que te ancle a ti misma. Por ejemplo, puedes comenzar por levantarte a la misma hora todos los días, darte una ducha tranquila, preparar algo de comer aunque no tengas mucha hambre, salir a caminar bajo el sol para que tu cuerpo reciba algo de luz natural y aire fresco. Son cosas simples, pero tienen un impacto real en tu cuerpo y tu mente.

También puede ser de mucha ayuda rodearte de personas que sientas que te hacen bien, que te escuchan y te comprenden. El apoyo social es un pilar muy importante para ayudarte a atravesar este proceso.

Céntrate en lo que está en tus manos

Pregúntate: ¿Qué puedo hacer hoy para sentirme un poco mejor? Ahora mismo, no necesitas saber exactamente hacia dónde vas ni tener un plan perfecto de lo que harás a partir de ahora. Pero puedes, simplemente, ir dando pequeños pasitos que te ayuden. Algo tan sencillo como escuchar la música que te gusta, hacer alguna actividad nueva que te genere curiosidad o quedar con alguna amiga para tomar algo. Todo esto puede ayudarte a salir un poco del bucle en el que solemos caer tras la ruptura.

No se trata de olvidar de golpe ni de hacer como si no te doliera. Se trata más bien, de abrir pequeñas ventanas por las que pueda empezar a entrar la luz otra vez.

Ten paciencia

Hay personas que creen que una solución al dolor que están viviendo es buscar a otra persona cuanto antes, para de alguna manera sustituir a esta pareja perdida. Sin embargo, esto no suele ser lo mejor.

El amor no desaparece de un día para otro. Tampoco los recuerdos, ni los planes que teníais juntos, ni la vida que imaginaste con esa persona. Superar una ruptura de pareja es un proceso que lleva tiempo.

Es normal que todavía sigas pensando en tu ex por un tiempo. Esto no significa que estés retrocediendo ni que estés haciendo algo mal. No te exijas estar bien rápidamente. Estás atravesando un duelo, y como todo duelo, tiene sus altibajos. Habrá días mejores y otros que se te hagan cuesta arriba. Es lo normal.

Identifica si hay heridas del pasado que se han activado

Como te he comentado antes, cuando una relación se rompe es completamente normal sentir tristeza, vacío o enfado. Las relaciones nos ofrecen seguridad, por lo que perder esa conexión activa nuestro sistema de apego. Pero hay ocasiones en las que el dolor tras una ruptura es mucho más intenso de lo esperado. A veces, lo que sientes va más allá de la relación en sí misma, ya que la ruptura puede abrir heridas emocionales del pasado que aún no han sanado.

Es muy posible que, en este proceso, resuene dentro de ti esa niña que se sintió invisible, que buscó constantemente aprobación o que aprendió a callar por miedo a molestar. Este tipo de heridas emocionales del pasado pueden intensificar el sufrimiento que ya tienes por la ruptura. En este sentido, puede que no solo te sientas rota por la ruptura de la relación, sino también porque ésta remueve todas estas heridas que hay dentro de ti.

En estos casos, es muy útil identificar esas heridas y poder sanarlas. Este proceso puede darte también la oportunidad de cambiar esos patrones antiguos que te han acompañado durante mucho tiempo. Al reconocer y reparar esas heridas emocionales, puedes empezar a tratarte con más compasión y tomar decisiones más saludables para ti misma.

Espero que toda esta información que te he compartido te resulte útil y que te ayude a poder superar tu ruptura de pareja. Si sientes que necesitas ayuda en este proceso, recuerda que no tienes que hacerlo sola. Estoy aquí para acompañarte si decides dar el paso.

Si quieres, puedes ponerte en contacto conmigo por email ainaraaramburupsicologa@gmail.com o a través de WhatsApp.

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Ainara Aramburu

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